“La Vida es Corto” es un proyecto que utiliza el cine como herramienta educativa para estimular la inteligencia emocional y el pensamiento crítico.
A través de talleres semanales, los alumnos ven cortometrajes de reconocimiento internacional de distintas partes del mundo y reflexionan sobre sus temáticas, puntos de vista, historias y personajes. Cada sesión es guiada por un facilitador, usualmente un cineasta o un profesor, que les permite acercarse a idiomas, culturas, lugares y puntos de vista lejanos y desconocidos, desarrollando habilidades blandas y aumentando su capital cultural a través de técnicas de discusión, debate, ejercicios creativos y la creación de sus propias historias.
Este taller le permite a las audiencias reconocer sus propias emocionas, empatizar con sus pares y comprender el cine como un proceso artístico y creativo. “La Vida es Corto” busca llevar el contenido directamente a las comunidades, enfocándose en colegios y escuelas de bajos recursos, centros comunitarios, culturales y espacios públicos, permitiendo atacar la barrera económica que separa a miles de personas del arte del cine.
