El terremoto de Luis no fue el que lo dejó sin casa en 2010. Este comienza con la inminente partida de su hermana Ale, quien busca escapar de su presente estancado y de una ciudad que se levanta dejándolos atrás. Entre rabia e incertidumbre, Luis dedica sus días a recorrer el espacio destruido que alguna vez fue su casa y que hoy son sólo escombros. Olvidado por un país revolucionado por los movimientos sociales y los discursos de progreso, Luis se da cuenta de que el terremoto derribó algo más que el lugar donde crecieron.